El vapor a paletas “Bilbao” junto al muelle de hierro

A finales del siglo XIX y comienzos del XX la desembocadura de la ria ofrecía el animado espectáculo del incesante tráfico de barcos mineros y comerciales ayudados 

en la maniobra por unos vistosos remolcadores impulsados por ruedas de paletas situadas a ambos lados del casco, un tipo de propulsión este utilizado por los vapores hasta la invención de la hélice helicoidal que aún hoy se utiliza. Este es el caso del «Bilbao» la embarcación protagonista de la fotografía que hoy publicamos.

El «Bilbao» remonta la ria precedido de algunos remolcadores también de palas.

La fotografía, tomada desde el final del muelle de hierro, nos muestra al “Bilbao”, engalanado con gallardetes y toldillas participando junto a otras embarcaciones en lo que parece una suerte de cabalgata o recibimiento marítimos. El muelle aparece repleto de espectadores que se apresuran a dirigirse hacia Portugalete siguiendo a la comitiva. Como se ve los espectáculos gratuitos gozaban del favor del público antes igual que ahora.

La imagen nos ha llegado sin padre ni madre y por supuesto sin data, pero como veremos debió ser tomada entre 1901 y comienzos de 1903.

Detalle de la popa de la embarcación con el nombre bien visible.

El “Bilbao” el remolcador que se convirtió en yate

Quizás con el nombre que le pusieron, bochero y un tanto «fanfa» según es inmerecida aunque extendida fama,  no le quedó otra que venirse arriba y aparentar yate de potentado, aunque para ello este “paddle tug” tuvo que aguardar algunos añitos desde que fuera botado en 1876 en Aberdeen y bautizado como “Ben Lomond”. No sería este su único nombre puesto que 1887 se le rebautiza como “Burmah”. Y como no hay dos sin tres pasa a llamarse “Bilbao” al ser adquirido por la Compañía de Remolcadores del Cantábrico (Aznar y Astigarraga), rival de la otra Compañía que operaba en la ría, la de Remolcadores Bilbaínos propiedad del propietario del palacio “El Salto” de Portugalete Francisco Martínez Rodas, que disponía de otra flota de remolcadores de paletas.

El “Bilbao” en su etapa inglesa  antes de su adquisición para operar en la ría con su antiguo nombre “Burmah” sobre la rueda. Procedencia de la il.: thamestugs

Por fin en 1901 nuestro remolcador se transforma en el yate de Eduardo Aznar y de la Sota, flamante nuevo Marqués de Bérriz, que hay que ver con que soltura otorgaba títulos la reina Regente María Cristina, entrando así el cofundador de la Naviera Sota y Aznar y los astilleros Euskalduna a formar parte de la nueva aristocracia financiera, industrial y comercial. No iba a ser menos su competidor en la Ría, al que la Regente concedió el Condado de Rodas. Por cierto, su primo y socio en la naviera y astilleros, Ramón de la Sota, también sería ennoblecido, en este caso por Eduardo VII de Inglaterra. Como se ve los títulos llovían sobre la ría al igual que el dinero, y les caían a los mismos, claro está. 

Para adecuar la embarcación a su nueva función fue sometida a reformas que sin duda afectarían al menos a la cubierta de alojamientos y que incluyeron la sustitución de la pintura oscura que había lucido por la blanca propia de las embarcaciones de recreo.

El yate tuvo corta vida, pues se hundió a la altura de las gallegas islas Cíes menos de dos años después de su reforma en un naufragio sin víctimas ocurrido el día 12 de febrero de 1903.

El Bilbao, convertido ya en flamante yate, en Castropol. Procedencia de la il.: Castropol Blogia.jpg a través de Vidamarítima

Sobre la historia y características de esta embarcación existe cumplida documentación e Internet, tanto enVidamarítima  como enMiramisbarcos  que además incluye numerosas fotografías de la maqueta del “Bilbao” realizada por los miembros de la Sección de Modelismo Naval del Museo Maritimo Ría de Bilbao de las que aquí mostramos una vista general de la embarcación.

 Biblioteca Central (Por E.B.C.)

Ampliación del día 01-02-2019

Nos comenta un lector que la fotografía corresponde al recibimiento al duque de Connaught, hermano del rey de Inglaterra, que acudía por vía marítima a la coronación de Alfonso XIII, y está fechada el 14 de mayo de 1902. El duque se trasladaría en tren a Madrid y el acto tendría lugar el día 17 con la solemnidad y los fastos acostumbrados.

 

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